Postillas de coyuntura - 017/22
Bogotá, junio de 2022
Pasados ocho días de las elecciones de un presidente para el cuatrienio 2022 - 2026 en nuestra amada Colombia queremos reflejar nuestros sentimientos.
Como demócratas
Acatar los resultados de las urnas es la posición sensata de quienes creemos en un sistema que, aunque imperfecto nos ha permitido vivir hasta el momento y durante los ya largos años de la existencia republicana de nuestra nación.
Como servidores públicos que fuimos con más de quinientos (500) años de experiencia en una de las más caras instituciones de la patria la Policía Nacional de Colombia, acompañados hoy por pensadores, filósofos psicólogos, sociólogos, comunicadores sociales que quieren y desean lo mejor para su país, trabajamos y seguimos pensando en el bienestar de los ciudadanos.
Convencidos por un lado de que las organizaciones políticas tenían claro la conducción del país en las diferentes circunstancias, y nosotros por otro lado desde la apoliticidad que debía garantizar la imparcialidad en el servicio que se le prestaba los ciudadanos; coadyuvamos como asesores, técnicos y expertos en temas de seguridad en la formación de políticas públicas. Ante esto la dirigencia tradicional tuvo tiempo y espacio para conducir la nación a puerto seguro, pero no lo logró.
El hecho de ceder un derecho que como ciudadanos se tiene, es una muestra de confianza a las instituciones políticas de quienes prestan su servicio en las instituciones tutelares de la patria como es la fuerza pública, lo cual se hace con la convicción de que quienes legislan y ejecutan las políticas lo hacen pensando en el bienestar de los ciudadanos y que la administración de justicia se hace para el logro de la convivencia pacífica.
Desafortunadamente y por los avatares de las circunstancias llegamos al extremo en que nos encontramos hoy, en donde por falta de una visión clara alejada de intereses particulares o partidistas sectarias, los partidos políticos tradicionales dejaron de liderar la opinión pública, los nuevos partidos y movimientos demócratas emergentes nacidos a partir de la constitución del 1991 no lograron consolidar sus idearios, ni formalizar políticas de bienestar y desarrollo de la nación; cuestión que dio paso a la búsqueda de nuevos modelos de gobierno y desarrollo de una sociedad en donde se aplicaran a partir del mes de agosto, teorías desgastadas, que han dejado en los diferentes países donde se ha aplicado, ciudadanos con grandes carencias de calidad de vida, pues, viven pero no gozan de verdaderos derechos y libertades.
Como cristianos
La Palabra de Dios es clara en expresar que estamos en la obligación de acatar las autoridades civiles impuestas en la tierra, ordenanza que viene de Dios.
Días antes a las elecciones la oración y la plegaria estaba encaminada a dar sabiduría al pensamiento de los hombres para que, en su libre albedrío, utilizaran su voto en beneficio de la sociedad y se escogiera al que mejor representará el pensamiento de un país basado sobre los principios de la fe cristiana y garantizar el respeto a la libertad de cultos y opinión.
En ese orden de ideas debemos orar y pedir a Dios por los elegidos, por su liderazgo al frente de la nación, pero entramos en la contradicción de que su pensamiento y sus políticas van en contra de principios fundamentales de la fe cristiana como es el derecho a la vida de los que están por nacer, la no existencia del matrimonio igualitario, la eutanasia y la ideología de generó que son contrarias a nuestras creencias.
En la Palabra de Dios se encuentran ejemplos especialmente en el Antiguo Testamento de cómo Dios permitía que su pueblo escogido viviera turbulencias por culpa de sus malas decisiones, cuando dejaron de ser un pueblo teocrático y pidieron tener reyes como los otros pueblos, pocos fueron buenos gobernantes, la mayoría actúo mal, a tal punto de ser derrotados, esclavizados y llevados en cautiverio a Babilonia durante 60 años, pero siempre protegidos por ese Dios eterno y todopoderoso que lo único que le pedía a ese pueblo es que volviera su mirada a Dios y dejaran de lado falsos dioses, falsas creencias, dejaran la idolatría, manifestación que sólo ocasionaban dolor y destrucción en medio de ese pueblo escogido.
Como expertos en seguridad y evaluación de información
Muchos años de nuestra vida pública la pasamos preparándonos y trabajando en el tema de tratamiento de información para convertirla en algo útil para toma de decisiones en diferentes niveles de la estructura y la vida del país.
Durante la formación y en la práctica se llega al convencimiento de como la ideología comunista tenía profundas raíces en los sentimientos de las personas que la abrazaban. No existe en los referentes históricos que convencidos ideólogos de estas doctrinas dieran un paso atrás en sus ideas, por el contrario, cada vez que lograban obtener poder las aplicaban sin importar vidas de seres humanos ni obstáculos que se construyeran para evitar o contrarrestar su avance.
La interpretación de eventos y hechos que avisaban de la situación fueron tímidas y no apremiantes por lo que la toma de decisiones nunca tuvo como prioridad evitar estos momentos.
Fuimos testigos silentes de cómo la Universidad Pedagógica Nacional cuna de los educadores de las juventudes colombianas, se convirtió en fortín para formación de ideólogos comunistas y no maestros alineados con las necesidades y desarrollo del país. Estas desacertadas tendencias no fueron objetadas o tenidas en cuenta por directivos del claustro y ministros de educación, convirtiéndose en cómplices de esta situación por estar alejados del verdadero fin de sus responsabilidades o comprometidos en ellos.
La malversación de presupuesto, la desviación de recursos, la mala administración y la corrupción, evitaron que los lugares remotos de la patria fueran beneficiados con capitales de la nación y esto impidió su desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes, siendo este otro aspecto que por el ejercicio de roles no fue objeto de consideración y alerta.
Colombia está en ese punto, una persona formada desde muy joven en el ideario comunista, que fue activista armado, pasando a activista político, es en ese momento el presidente electo rodeado de un grupo de personas convencidas en sus creencias y que han preparado sistemáticamente este instante del cual estamos seguros no darán paso atrás.
¿Qué nos espera?
Como ya muchos expertos lo han manifestado Colombia por su posición geoestratégica es la joya de la corona para el logro del fin y sueño latinoamericano del comunismo. Democráticamente y después de más de 70 años de todo tipo de luchas han llegado al poder y no lo van a dejar fácilmente atrás.
Estructuralmente hace 32 años los líderes de izquierda, socialistas hoy llamados progresistas en el Brasil concretamente en la ciudad de Sao Paulo forjaron un ideario que han venido cumpliendo al pie de puntillas y han ido logrando los objetivos propuestos, estos, además, fueron actualizados o reforzados en la ciudad de Puebla en México, en julio de 2019.
El caudillo e ideólogo político que ha tomado las riendas de nuestra nación tiene la capacidad para aglutinar a los demás dirigentes socialistas del continente estableciendo con ellos; lazos de cercanía, y unión que impedirán cambiar el rumbo de las circunstancias en donde todo el continente sea comunista y económicamente inviable.
Los cantos de sirena y llamados a la unidad, reconstrucción y formulación de pactos serán solamente espacios para tranquilizar y estabilizar en los primeros momentos la economía del país, mientras efectúan ajustes internos tendiente a terminar de debilitar las fortalezas de las instituciones de la nación. En ese orden de ideas la unidad monolítica de la fuerza pública se verá segmentada, con el correr de los meses las entidades de control pasarán bajo su intervención y gobierno y finalmente podrán despojarse de la piel de zapa y efectuar los cambios necesarios para perpetuarse en el poder a costa de la libertad y derechos de los colombianos.
El horizonte esta trazado bajo la sombra de la dirigencia China, que tiene como postulado: “Para conservar el liderazgo del partido en la reforma política se deben seguir tres principios: el partido debe controlar las fuerzas armadas, el partido debe controlar a los dirigentes, el partido debe controlar las noticias”[1]
¿Qué podemos hacer?
Estar alertas y vigilantes a cualquier situación que atente contra los derechos y libertades haciendo uso de los diferentes mecanismos de participación ciudadana y el apoyo irrestricto a los demócratas de derecha que llevarán nuestra vocería en el poder legislativo.
Por ninguna circunstancia permitir cambios profundos a la Constitución Política que nos rige.
Efectuar las denuncias oportunas y pertinentes ante abusos de poder por parte de las autoridades.
Aglutinar las corrientes de pensamiento que lleguen a fortalecer un ideario político que permita identificar a todos los sectores de la vida nacional para dar una lucha democrática en pro de la salud del país.
[1] Por qué fracasan los países, Acemoglu y J. Robinson, editorial Ariel, 2020, pp538
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