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Foto del escritorHumberto Guatibonza

IRRESPETO A LAS AUTORIDADES DE LA POLICÍA ¿A quien hay que reformar?

Postillas de coyuntura - 024/22


Bogotá, septiembre de 2022

 

Hechos

· 25 de agosto, 3 de la tarde, Chía Cundinamarca

Un ciudadano es requerido por un auxiliar de Policía para verificar su identidad. “El hombre no soportó que el uniformado le pidiera una requisa y resolvió agredirlo verbal y físicamente”. Relata un ciudadano testigo del incidente.

“El agresor se puso como loco ante el pedido del agente, quien no perdió la paciencia y solo escuchó los gritos del sujeto”. Comenta otro ciudadano.

“El hombre le lanzó todo tipo de improperios al uniformado y fue saliéndose de casillas con el paso de los segundos”. Registra la crónica de un medio de prensa local.

“En un momento, el hombre le pegó en la cara al policía y terminó forcejeando con él en el suelo.” Otro testimonio ciudadano.

“Lo más llamativo es que el agente no perdió la compostura y ni siquiera intentó responder a las agresiones del ciudadano”. Dice la crónica impresa.

Ya cuando estaba en el piso, doblegado por el agresor, el uniformado recibió la ayuda de sus compañeros y de testigos que se dieron cuenta de lo que hizo el sujeto estuvo bastante mal, y fue de total reproche y rechazo por parte de la comunidad.

La tensa escena fue registrada en video por transeúntes que la presenciaron y al mismo tiempo lamentaron el comportamiento del sujeto.


· 02 de septiembre 4 de la mañana, Cartagena, Bolívar.

En la puerta de un importante hotel de la ciudad, se presenta el mal trato de un congresista a los policías que atendieron un requerimiento ciudadano, las evidencias registradas en video, muestran que el funcionario al parecer no se encontraba en sus cabales completos.


Los uniformados acudieron al establecimiento ante el requerimiento de los responsables del hotel por el mal comportamiento y atropellos del congresista Alex Flórez, quien trataba de ingresar una persona no autorizada al establecimiento público, regido por disposiciones especiales, motivando la solicitud de presencia de la autoridad de policía.

Toda clase de insultos, atropellos, sindicaciones infundadas salen de la boca del “honorable congresista”, hacia los policiales que atendían el requerimiento ciudadano.


Estas dos conductas de irrespeto a la autoridad de policía, en su momento fueron presenciadas por testigos en tiempo real y muchos miles de personas que apreciaron las bochornosas escenas registradas en videos y ampliamente difundidas por las redes sociales y tomadas como noticia por los medios de comunicación.



Nuestra reflexión


En menos de ocho días calendario, dos incidentes de irrespeto a la autoridad policial en sitios diferentes de nuestra geografía y con protagonistas antagónicos un ciudadano normal y un representante de la ciudadanía, pero un eje conductor similar, maltratar a la autoridad policial y encontrase al parecer bajo los efectos del alcohol o de drogas estupefacientes.

La respuesta de los policiales, ciudadanos también, pero en uniforme y con autoridad en los dos eventos fue similar, muestras claras de control, tolerancia y dominio ante la agresión.


A toda vista y con una lógica básica, algo está mal en nuestra sociedad, no hay respeto a las normas de convivencia, se quiere convivir, pero bajo parámetros individuales y no colectivos de comportamiento. No se quieren aceptar las normas, ni reconocer y respetar a las autoridades encargadas de hacerlas cumplir. Las normas las impone el ciudadano de acuerdo con su circunstancia, interés personal y momento que está viviendo, pero en forma equivocada.


La esencia de una sociedad es que todos los ciudadanos deben tener comportamientos apropiados, dentro del respeto, los valores y buenas costumbres y frente a los requerimientos por parte de las autoridades de policía, quienes están facultados para exigir y hacer cumplir la Ley, conforme a los procedimientos legalmente establecidos.


El aceptar la violación de la ley y excusarse de ese mal comportamiento no exime la responsabilidad del hecho cometido y no resarce la falta o el delito que se presentó y demanda continuar con un proceso hasta su finalización.


De otra parte, los funcionarios del estado, deben ser personas que con su proceder enseñen, den buen ejemplo y asuman con profesionalismo su función. Las normas y los preceptos legales enmarcan los comportamientos que son violatorios de la constitución política y las leyes de la República. Así mismo este tipo irregular de conductas no son justificables ante la sociedad.


La constitución y las leyes fijan deberes y obligaciones a los ciudadanos y funcionarios públicos, su violación, demanda la aplicación de sanciones que deben ser ejemplarizantes. Hay que tener presente que la violación de la ley puede ser por acción u omisión.


Las diferentes autoridades del estado, demandan el respeto como personas y especialmente por su cargo, así mismo los ciudadanos. Pero también deben tener claro y conocer que su irrespeto demanda acciones legitimas frente a las autoridades competentes.


El colegio de Administradores Policiales en varios escritos ha señalado categóricamente que antes de pensar en una reforma a la policía nacional y cambios en su estructura, formación y dependencia, es más importante pensar en una reforma de la sociedad colombiana.


Algo está fallando en la educación de los colombianos, que conlleva al desconocimiento de las normas de comportamiento que deben ser aceptadas y cumplidas por todos los habitantes del país. Es compromiso del estado capacitar a todos los residentes en Colombia en deberes y obligaciones sociales, con énfasis en el aprendizaje de valores, virtudes y buenas costumbres desechando en forma ejemplarizante los malos comportamientos ciudadanos.

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