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Foto del escritorHumberto Guatibonza

La estrategia de la izquierda en el mundo globalizado, apalancada en la guerra cultural

Postillas de coyuntura - 010/22

Bogotá, abril de 2022


 


En Colombia, Perú, Chile, Venezuela, Bolivia, Argentina, Cuba, China, Rusia, etc. la estrategia de la izquierda radical es la misma, mentir, desinformar y atacar el “statu quo”.


Se han organizado aprovechando las realidades y debilidades de la democracia y las facilidades del mundo moderno virtual.


Llevan desasosiego impotencia a una sociedad acostumbrada al empleo de medios y reglamentaciones democráticas, alejadas de luchas ideológicas y propendiendo el bien común.


Para un demócrata es claro que:


  • El mundo democrático es totalmente abierto a la controversia, la discusión, pero sin fusiles, ni intimidación.

  • El mundo democrático es abierto al respeto y autonomía de la diversidad, las minorías, pero esto es aprovechado y exprimido hasta el abuso.

  • El mundo democrático respeta género, raza, origen, pertenencia, pero nos pretenden hacer creer que por provenir de las minorías da un derecho adicional, no igual a los demás, sino uno más, como si pertenecer a una minoría o a grupo étnico diferente diera un favor especial o como si la sociedad les debiera algo más.

  • El mundo democrático garantiza elecciones libres, se respetan ideas, los partidos políticos, pero la izquierda está consonante con el fraude y si no gana, no acepta el perder, no hay nada bueno en su posición y convoca al uso de la fuerza en contra del gobierno y su clase política opositora, con hechos generadores de violencia afectando el desarrollo normal de ciudades y limitando el derecho al trabajo de muchas personas.

  • En el mundo democrático se respeta la ley, el orden, el ejercicio de la autoridad a través de las fuerzas militares y la fuerza de policía, pero la izquierda radical se dedica a cuestionar el actuar de estas instituciones, al extremo que toda acción valida y legitima es tergiversada y desinformada, asegurando que civiles indefensos son maltratados por las unidades especializadas en el control de desórdenes públicos (ESMAD) o “asesinados” en desarrollo de una operación pura, exitosa y admirada de la fuerza militar.


El uso legítimo de la fuerza por parte del estado es un derecho de todos para mantener el orden, el respeto y la democracia, esta es otra de la transversión de la izquierda, quienes, una vez llegados al poder, implantan colectivos, agencias especiales de investigación y cualquier otro nombre para reprimir y controlar sus intereses.


El desconocimiento, la indiferencia o pasividad de los demócratas ante el hecho que el marxismo, el comunismo, el socialismo siempre han estado en pie de lucha y sin cuartel, les ha permitido mantener y llevar su guerra cultural durante los últimos 50 años por todo el continente hasta el punto de que pareciera, haber logrado convencer a gran parte de la población que tiene la llave mágica del éxito.


¿Será cierto? Perú lo está viviendo, Chile está comenzando y nuestro querido país pareciera que como mansos corderos vamos en esa senda equivocada o mejor detrás de los lobos rapaces.


El ejercicio de la cosa pública es complejo, no solo demanda de estudio y títulos o de un buen y encendido discurso, se requiere de conocimiento, experticia, equipos de trabajo con sapiencia y armonía. Aprender con el error tiene costos altísimos, los cuales no se pueden experimentar en el sector público, en donde estos errores perjudican a millones de personas, quienes con disculpas no se conforman porque conlleva a un costo muy elevado de involución en desarrollo y progreso socioeconómico de un país.


En Colombia se quiere hacer ver por algunos, un país fracasado, los inconvenientes de la galopante corrupción, que con los Benedetti, Barreras, Cepedas o Teodoras, no van a desaparecer, son caballo de batalla para acumular votos, pero ¡cuidado!, siempre será mejor celar lo que se tiene, la libertad de expresión, la propiedad privada, el ejercicio libre de pensamiento y acción, nos guste o no hoy lo tenemos, es claro que hay mucho por mejorar, por renovar, ordenar y optimizar el ejercicio de la política es nuestra prioridad, sin egos y vanidades.


Se juega con la Paz un deseo real y sentido, pero manipulada para. echar culpas, crear protestas para infundir terror, para confundir y engrandecer el escenario de un país fallido que no lo es. Hay problemas si, pero no se solucionan con el Marxismo-comunismo.

Colombia forma parte del continente de la esperanza y somos el país más perceptible en este momento.


Es importante no dejarnos manipular por el comunismo. Las protestas en Colombia son violentas no pacíficas están diseñadas para destruir, atacar el estado, como ya lo han evidenciado los organismos de inteligencia y seguridad nacional, son financiadas por los movimientos Terrorista y narcotraficantes como el ELN y los disidentes de las Farc, con respaldo económico de las arcas ilícitas que bien manejan.


En Chile en 33 días de gobierno la aceptación del nuevo presidente de izquierda radical es la más baja comparada con los últimos tres gobiernos en ese mismo lapso de tiempo.

Adicionalmente, a partir de la posesión del flamante presidente el sondeo de la aceptación de la convención constitucional (Reforma Constitucional) cambió de “se aprueba”, por “se rechaza”.


Las protestas en Venezuela hoy son pidiendo libertad, las protestas en Perú exigiendo no perder lo que aún algo tienen y que todavía tenemos en Colombia, democracia.

Nos queda solamente la acción de conciencia para comprender que lo que nos estamos jugando es la libertad que como se ha dicho falta mucho por mejorar pero aún así es democracia, se tiene el derecho a opinar, a comprar lo que podamos con nuestros ingresos a ir a las tiendas y encontrar productos para llevar sin que nos limiten con bonos o con peso o con cantidad (solo media libra o tres huevos para dos semanas), a eso nos arriesgamos si no actuamos y elegimos con conciencia.

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