Postillas de coyuntura - 022/21
Bogotá, septiembre de 2021
Imagen Gestión
Hechos notorios evidencian la falta de acciones contundentes en contra de la inseguridad que se percibe. El colombiano no necesita ser víctima de un hurto para observar que este tipo de hechos lo afectan en forma directa.
La gente reclama su seguridad a gritos. Y esto es indudable al tratar de tomar por sus propias manos el defenderse de los delincuentes, al punto de cometer acciones desviadas que también están en contra de la legalidad y el debido proceso.
Pero ello es el resultado de la poca efectividad de las diferentes autoridades, no sólo de la Policía.
Parece que las leyes estuvieran diseñadas y dispuestas para delincuentes y delitos de poca afectación no ser considerados por los jueces, como “de amenaza para la sociedad”.
No existe en el momento por parte del Estado resultados que muestren la sanción y resocialización de los victimarios.
¿Acaso será que un hurto u atraco es cometido por una sola vez por una persona?
Las evidencias y estudios criminológicos señalan que este tipo de delincuentes tienen constituida una organización criminal, que estos delitos son cometidos por varias personas simultáneamente, con diferentes tipos de armas, en vehículos y con propósitos adicionales fuera del hurto, porque están dispuestos a asesinar a su víctima y con gran preocupación se observa la pérdida del temor y respeto hacía la autoridad al no tener recelo de enfrentarla y atacarla.
¿Entonces será que los delincuentes “no son un riesgo para la sociedad?, como es común escucharlo en las audiencias de legalización de capturas.
No señores esta frase debe ser excluida del léxico judicial y porque no decirlo de la norma, ya que la afectación que están ocasionando está fuera de toda consideración de respeto hacia la vida del ser humano.
La construcción de más cárceles si no va acompañada con estrategias que sirvan para disminuir la comisión de los diferentes delitos y una verdadera resocialización de los infractores de la ley, no es respuesta.
Es evidente que las personas que cometieron conductas equivocadas, relacionadas con la seguridad de las personas está en aumento.
Por lo tanto, las leyes deben ser modificadas, incluyendo el aumento de las penas a los reincidentes y sus agravantes.
Que se desborde la inseguridad, es tanto, como si hubiera ausencia de autoridades, o falta de competencia de los encargados de ejercerla.
Es urgente que las autoridades administrativas, judiciales, policivas y organismos de control, gestionen la modificación o cambio de las normas que no son efectivas en el control, prevención y corrección de las conductas delictivas que están afectando la tranquilidad del ciudadano en su vida diaria.
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